domingo, 4 de agosto de 2013

La enfermedad y libertad de la Tierra




 
Muy a menudo cometemos un tremendo error al dejar de lado a la tierra y su importancia, conocer de ella y como esta permite o no una bendición es fundamental. El señor puso al hombre sobre un ambiente y ese ambiente es la tierra, para ser sojuzgar y administrarla. Pero como veremos su relevancia sobre pasa este asunto.

Existe una estrecha relación entre el hombre y la tierra, en el génesis Dios declaró que la tierra sería maldita por causa del pecado del hombre, es decir aunque la tierra no pecó de todas formas sufrió las consecuencias del pecado de su administrador y guardador. En ese mismo contexto, Dios explica parte esencial de esa relación, el hombre al morir volverá a la tierra, porque fue sacado de ella, su cuerpo fue formado de ella. Evidentemente no solo la tierra fue maldita, por causa de esto Adán también, su trabajo se volvió pesado porque la tierra empezó a darle espinos y cardos.

Es importante diferenciar “tierra” de la palabra “mundo”. En las escrituras estos conceptos se usan de manera distinta. La palabra tierra se refiere a la creación de Dios, se refiere y se usa en relación al planeta tal y como Dios lo creó, y es precisamente esta ultima característica la que la distingue de "mundo". Mundo es un concepto que se usa más bien para hablar de la "creación humana", mundo es lo formado por el hombre -sobre la base de la tierra-, en definitiva son las sociedades (y sus culturas) que han emergido junto con el hombre, las cuales evidentemente están muy lejos del diseño celestial de sociedad. Por eso “nosotros no somos de este mundo”, pero “la tierra anhela nuestra manifestación como hijos”.

Hecha esta aclaración, es vital comprender lo que ha sido puesto bajo nuestros pies para ser administrado, porque la bendición que recibamos está en directa relación en cómo se comporta la tierra, y está en cómo nos comportamos nosotros. La tierra es capaz de reconocer y actuar conforme a lo que nosotros somos y hacemos.

Isaías 24:5  Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno.
Isaías 24:6  Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.

Para que Abraham fuera padre de la fe Dios lo sacó de la tierra de babilonia, Mefi- boset fue sacado de la tierra de Lodebar para recibir las bendiciones de la mesa del rey, para introducir a Israel hacia Canaán Dios tuvo que tratar con el pueblo.

Levíticos 18:27  (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada);
Levíticos 18:28  no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros.

Esto último fue lo que aprendió en carne propia Caín, el primer asesino descrito en la biblia fue errante y extranjero en la tierra a causa de la voz de la sangre de Abel que clamaba desde la tierra. Quizás de todos los pecados que afectan y enferman la tierra este es uno de los peores, el derramamiento de sangre contamina un lugar, el pecado trae infertilidad sobre la tierra, y con ello se cierra la prosperidad.

2 Samuel 21:1  Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas.

La tierra y los lugares donde estemos se vuelven hostiles (como ocurrió con Caín), la tierra busca liberación y vomita a sus moradores (como ocurrió con los cananeos), pero hay ocasiones donde no somos directamente nosotros los que provocamos la esterilidad y hostilidad de un lugar, como le ocurrió a David, a veces es por quienes nos antecedieron, por quienes estuvieron antes que nosotros, o incluso por nuestras generaciones pasadas y los escombros de ellas.

Sal 58:2  Antes en el corazón maquináis iniquidades; Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.

La sociedad occidental actual (mundo) ve la tierra como algo inerte, como algo muerto y sin vida, por eso es necesario renovar nuestra mente para comprender que la tierra actúa como un ser vivo, la tierra reacciona a lo que somos y hacemos, no es algo estático, reconoce si somos hijos o no, reconoce si pecamos o andamos en justica. Pero por otro lado, también es necesario cuidarse de caer en otro extremo, y darle cualidades divinas a la tierra como en efecto ocurre en algunas culturas, lo importante es ver la tierra desde los ojos del cielo. Porque a Dios le importa, “el cuida de las aves, y viste la flor del campo…”

Un profeta que entendía esta verdad era jeremías, en cierta oportunidad le profetiza, habla y ordena a la tierra.
 

Jeremías 22:29  ¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová.
Jeremías 22:30  Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá.

Las palabras de Jeremías nos revelan aún más sobre esta relación estrecha entre la tierra y el hombre. Sus palabras aunque son dirigidas hacia la tierra para que esta, nótese, escriba y deje registro, están asociadas a la infertilidad de un hombre, a la privación de descendencia. Esto es interesante ya que en las parábolas las semillas se referían a personas, o los árboles que tipifican a los justos, los cuales son “como árboles plantados junto a corrientes de aguas que dan fruto a su tiempo y su hoja no cae…”  por lo demás, la orden de Dios sobre la tierra fue “produzca la tierra…” y con el hombre fue “multiplíquense y llenen la tierra…”

La dinámica de crecimiento (descendencia) de los hijos de Dios está fuertemente relacionada con este tema. La verdad es que no todos los lugares son iguales, hay tierras y tierras, hay lugares que han sido contaminados por el pecado del hombre, por pecados específicos. Todo aquel que tenga una dinámica constante de evangelismo se percatará que hay lugares donde la gente es más receptiva y otros lugares donde es indudable que hablar de Jesús es mucho más difícil, gran parte de este asunto tiene que ver con la tierra.

Isaías 24:6  Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.

A pesar de lo anterior, aún hay hijos entendidos en la justica del Padre, hijos que sacian el anhelo de la creación por la libertad y sanidad de su esclavitud y enfermedad producida por el  pecado (la simiente o semilla de Satanás). La creación desea dar a luz algo distinto, dejar los cardos y los espinos.



Romanos 8:19-22 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.

Es nuestra responsabilidad mantener esa esperanza viva y traer esa libertad que viene al conocer la verdad, es nuestra responsabilidad sanar la tierra, tal como lo hizo David. Primera de Crónicas capítulo 21 nos relata la peste que cubrió la tierra por causa de un pecado de David, para detener esto David realiza sacrificios y ofrendas de paz en un altar al Señor, luego de lo cual la muerte cesa. En la misma tierra y lugar en que se ofrenda para la paz, y el mismo hijo de David, su descendencia, su simiente, Salomón, es quien termina construyendo el nuevo templo de Dios.

1Crónicas 22:7- 9  Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios. Mas vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.

En Jesús se une cielo y tierra, y todo lo que es en el cielo puede ser en la tierra, toda bendición de los lugares celestiales puede ser manifestada en la tierra, cuando llegó Jesús a la tierra se cumplió lo dicho por el profeta:

Isaías 9:1-6 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

La tierra de oscuridad con mantos de sangre es redimida cuando se manifiestan los hijos trayendo la libertad gloriosa que está en la exposición del príncipe de paz. La paz traerá la libertad y bendición sobre nuestra tierra y sobre nuestros lugares, sean de evangelismo, o de trabajo o incluso sobre nuestra propia casa. Sobre una ciudad o una nación todo es redimido en su manifestación de paz sobre la tierra.


Según la ley el pecado pudo haberle causado la muerte, pero la mujer adultera fue redimida mientras Jesús, el príncipe de paz, escribía en tierra.