sábado, 13 de abril de 2013

El pensamiento: punto de partida del pecado y la iniquidad




Como comentamos en la entrada anterior sobre el espíritu principado de Grecia, su mayor influencia es sobre la mentalidad. Esto es de suma importancia, ya que el pecado antes que cualquier cosa fue un pensamiento. El primer pecado humano no fue solo el acto de tomar la fruta prohibida sino pensar que si se podría hacer, es decir el pecado parte con creer que se es posible pensar diferente a Dios, y efectivamente hacerlo, pensar diferente es el inicio del pecado. Comprendiendo esto entendemos porque existe tal vinculación entre pecado y pensamientos, al punto en que Dios manda reformar, renovar, y cambiar la mente (porque ese es el real significado de arrepentimiento).

Arrepentimiento o Metanoeo es fundamental. Incluso si Dios lo manda es porque de cierta forma hasta “él lo hace”, El es Santo, Santo, Santo, pero al tratar con nosotros y nuestro pecado e iniquidad debe no recordar para que ese pecado deje de existir, es decir cuando Dios quita la iniquidad nuestra de sus pensamientos, de su memoria, sencillamente deja de existir, porque desde su mente parte la existencia.

“Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo [...] Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades”.
Hebreos 8:10, 12

Cuando algo es suprimido en la mente de Dios deja de tener sustancia, deja de existir como tal, porque la existencia misma tiene su punto de origen en Dios. (Él es el que llama todo a existencia). Claro, en la tierra puede haber disonancia con respecto al cielo, y el recuerdo en nuestra mente puede permanecer si no hay metanoeo continuo dentro de nosotros. Un cambio implica no solo que Dios piense bien de ti, implica que nosotros “subamos” a esos pensamientos.


"Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados."
Isaías 43:25

"Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado."
Jeremías 31: 34.


Considerando esto, uno puede comprender la importancia que tiene el cambiar nuestros pensamientos, de cambiar nuestra mente como requisito para el Reino. El Reino implica un Rey, y ese Rey implica un trono y ese trono solo se asienta con cimientos de justicia y juicio. Sus cimientos calan profundo dentro de nosotros, en cada uno de nuestros pensamientos juzgándolos y poniéndolos en rectitud.


Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
Salmo 89: 14

miércoles, 10 de abril de 2013

El fundamento del amor






“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”.
1 Corintios 13:1-2


Como el título lo dice el amor es central, el amor lo explica todo, el amor lo llena todo, lo supera todo. Sin amor nada somos aunque hablemos bien, aunque cantemos o toquemos bien un instrumento, esto será solo forma. Necesitamos la sustancia de esto: EL AMOR. El amor es el fundamento del cristianismo.

Si no tenemos amor nada somos, aunque prediquemos muy bien el evangelio. El amor hace que aunque no sepas predicar sí SEAS ALGUIEN que manifieste a Dios a otros porque Dios es amor y como hemos visto nuestra identidad proviene de su paternidad, si Dios es amor en consecuencia nosotros debiésemos ser amor. El amor es central, es el fundamento de quiénes somos e inclusive de nuestras relaciones con los demás. El amor resume y es el cumplimiento de toda la ley (romanos 13:10).

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.
Juan 13:34-35


El amor no es un concepto, el amor siempre debe entenderse en relación con otros. No es algo “individual” porque el amor no busca lo suyo propio (1 corintios 13:5). Es relevante notar esto ya que la base de una evangelización efectiva parte de esto, de que quienes sean cristianos estén unidos en amor, el amor es la vida que nutre y mantiene unido al cuerpo.

Jesús momentos antes de morir ofrendó su ultima oración al Padre para que los cristianos entendiésemos esto, si alguien está a punto de morir hará aquello que cree que es lo más importante para él. Para Jesús lo más importante en su oración final en el Getsemaní fue mencionar esa unidad en amor porque allí radicaría la victoria para alcanzar al perdido, y para extender el Reino de un rey que ES amor.

“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.
Juan 17:21

“Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo”.
Colosenses 2:2


El mundo creerá cuando todos con cada diferencia que nos caracterice seamos uno. Esa unidad solo se logra en el amor. He aquí la aplicación práctica de la doctrina de la Trinidad. Hemos aprendido por largo tiempo pero aún cuesta mucho comprender cómo es que Dios es uno pero a la vez tres personas: Padre, Hijo Y Espíritu Santo.

Repitamos las palabras de Jesús prácticamente en su oración final: “que sean uno, como nosotros somos uno”. Esa sola frase contiene al Padre, al Espíritu presente en Jesús y a Jesús mismo. Tal unidad que tiene la trinidad debemos tener nosotros. Esa unidad en el amor es clave para evangelizar, para que el mundo conozca a Cristo. El crecimiento de la iglesia, y su edificación depende de esa unidad profundamente ligada al amor.

“Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
Efesios 4: 15- 16

Otro aspecto importantísimo del amor relacionado con el evangelismo es el tema del temor, continuamente el mayor obstáculo de quienes quieren e intentan predicar es el temor, el temor a no hacer las cosas bien, el temor a la vergüenza, al ridículo, al fracaso, a la falta de conocimiento, o cualquier otra clase de temor incluso en forma de timidez.

El temor o miedo en términos generales es una sustancia espiritual que te pone límites, que restringe tu rango de acción. Dios puede pedirte que hagas algo arriesgado, pero la voz de la timidez o el temor dice “no lo hagas”, “no puedes”, “no lo lograrás”.

Israel debió enfrentarse a Goliat, pero todos temían al verlo, David y su espíritu de violencia arrebató la victoria sin importarle el tamaño de su enemigo, sin importar que miles de ojos vieran cada uno de sus movimientos, no tembló, solo creyó al lanzar la piedra, creyó en Jehová de los ejércitos, creyó en que Jehová amaba y protegería a Israel de sus enemigos.

Esto es peligrosísimo porque si el temor te dice que puedes o que no puedes hacer, se convierte en tu Señor, el gobernará tu vida, peor aún si Dios te dice que debes hacer algo y no lo haces porque el temor dice “no”, su señorío se transforma así en un señorío más importante que el de Cristo. La solución es ser violentos, es no escuchar esa voz y solo obedecer la voz de Dios que dice que siempre está con nosotros y que la victoria está en aquellos que se refugian en su amor.

“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él
[...] En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”.
1 Juan 4:16 -17, 19


Mientras más somos llevados y perfeccionados dentro de EL, dentro de las dimensiones de su amor, menos sentiremos temor, pararnos delante de otros y hablar no será problema, el temor jamás será tu señor si decides pararte en el fundamento del amor que es Cristo y obedecer violentamente la voz del Espíritu Santo. No permitas el señorío del temor nunca más, ¿Por qué?

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio
. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”.
2 Timoteo 1:7-9


Hablando de obedecer la voz del Espíritu, en cierta oportunidad adorando a Dios en la intimidad escucho la voz del Señor de una forma muy nítida. A veces cuando Dios habla ocurre que no le entendemos de inmediato, es necesario que lo que nos habló se vaya repitiendo en el tiempo, y cada vez con mayor profundidad hasta que alcancemos a entender toda la verdad que Dios nos quiere entregar, de esa forma la verdad que Dios habla sobre nosotros va creciendo, se va extendiendo dentro de nuestro corazón. Pero hay otras oportunidades en las que su voz es muy clara, en que nosotros somos más sensibles a Él y su verdad es potente y nítida, la experiencia de la que hablo corresponde a este último caso.

Entre algunas cosas que me enseña sobre su amor me dice: “yo canto a Jesús sobre la creación, yo canto a Jesús sobre ti”. Escuchar eso fue como chocar contra las aguas de un tormentoso río, jamás había escuchado una predicación o leído un versículo igual o al menos mínimamente similar a aquello. Quede perplejo ante eso, y entonces dije no entiendo, ¿cómo es eso?, no es bíblico.

Tras esto dentro de mí pasaron con rapidez muchos versículos. Primero entendí que así como Dios habla también canta, y que no cantaría cualquier cosa, cantaría aquello que sale de su boca, su palabra, y su palabra es Cristo, y Jesús es la verdad. Por su parte desde que la humanidad ha caído en pecado Dios siempre ha querido liberarla de su yugo, liberarla de su esclavitud partiendo por la libertad de sus hijos, porque son ellos el medio por el cual se traería libertad a la tierra, ella anhela su manifestación, porque con esa manifestación de hijos ella es liberada.

“Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah”.
Salmo 32:7

“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
Juan 8:32

“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”
Romanos 8:19-21


Dios sí canta, y lo hace sobre nosotros, canta su amor, canta a Jesús porque él es la verdad, la verdad que trae libertad. La verdad que nos atrae y nos enamora de ÉL, su cantico de libertad tiene un sonido de cuerdas. El rodea la tierra cantando su amor, es su amor lo que sostiene todo.

“Guié a Israel con mis cuerdas de ternura y de amor. Quité el yugo de su cuello y yo mismo me incliné para alimentarlo”.
Oseas 11:4 (NTV)


Es por medio de su canto, es por medio de Jesús que volvemos al Padre. Ya que así como todo fue creado por medio de él y para él, entonces todo debe volver a su origen a través de él.

“Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él. Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación”.
Colosenses 1:15-17 (NTV)


La dualidad y el espíritu de Grecia





Es una de las entradas anteriores titulada “la guerra de los hijos”, comenzamos considerando un versículo “guía”, este fue Zacarías 9:13 que nos hablaba de la guerra de Dios contra el espíritu de Grecia. En esa oportunidad solo se explicó lo relativo a los hijos.  En esta ocasión pretendo responder el porqué Dios está enojado con “Grecia”, para querer atacarla con arco y flechas, con Judá y con Efraín.

“Porque he entesado para mí a Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente”.
Zacarías 9:13


Grecia no solo fue un imperio en lo natural, fue y es aún, un principado espiritual. Puede ya no estar en el centro del poder hegemónico pero sigue influenciando.

“¿Sabes por qué he venido? —respondió él—. Pronto debo regresar a luchar contra el espíritu príncipe del reino de Persia y después de eso vendrá el espíritu príncipe del reino de Grecia”.
Daniel 10:20


Su influencia es básicamente sobre la mentalidad, lo cual es de suma importancia, ya que el pecado antes que cualquier cosa fue un pensamiento. El primer pecado humano no fue solo el acto de tomar la fruta prohibida sino pensar que si se podría hacer, es decir el pecado parte con creer que se es posible pensar diferente a Dios, y efectivamente hacerlo, pensar diferente es el inicio del pecado (escribiré sobre esto en otra entrada más adelante).

La influencia griega sobre la humanidad ha sido enorme, principalmente lo que más resalta es la “sabiduría” que se dice que produjeron, de hecho la ciencia moderna es heredera de la “sabiduría griega”. Dentro de todo un complejo sistema de creencias y filosofías desarrolladas por los griegos, el punto que queremos abordar es la “dualidad griega”.

La dualidad griega trata de una separación a veces incluso antagónica, de dos cosas que se plantean como distintas y opuestas, lo fundamental es que las entiende por separadas. La principal dualidad griega es aquella que divide lo teórico por un lado y lo práctico por otro, lo espiritual y lo natural.

“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.
Juan 6:63


A la luz de la palabra esta dualidad o dicotomía es profundamente falsa. Primero entendamos que nunca ha sido un deseo de Dios que haya una separación entre lo teórico y lo práctico, cuando uno aprende la biblia por ejemplo, ese conocimiento jamás es meramente teórico (al menos no es el deseo de Dios que así sea, aunque sí ocurra). Si alguien aprende la palabra de Dios aprende una palabra que es viva y eficaz, una palabra que es espíritu y vida. Todo aquello que tiene vida invariablemente se mueve, incluso aún los seres vivos de menor movilidad. Una planta por pequeña que sea se abre para mostrar su belleza. La acción y el movimiento es una característica central de los seres vivos. De hecho cuando Santiago habla de la fe, el hace la distinción entre la “fe viva”, y la “fe muerta”. La fe viva necesariamente produce obras (hace algo, se mueve). En cambio la fe muerta puede no hacer nada.

Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma [...] Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Santiago 2:17, 26


Todos podemos recibir la palabra de Dios que es viva y eficaz, pero cuando llega a la mente y se encuentra con la estructura griega, se produce muerte, entonces la gente solo conoce como la biblia como mera información, casi como un dato más. Pero cuando la palabra entra al corazón, se produce fe. La biblia dice que la palabra del reino se siembra en la tierra que es el corazón, allí se produce la fe porque con el corazón se cree para justica, y luego esta se manifiesta físicamente.


La palabra que está viva recorre hasta la persona, cuando entra al corazón se transforma en fe, si esa fe es viva esa palabra se transforma en acción. Entonces la palabra deja de ser teoría y se vuelve vida. No es el deseo de Dios que la palabra muera, que la semilla no produzca fruto en una tierra rígida y árida por causa del daño del espíritu de Grecia.

Pero no solo la palabra viva muestra que esa dicotomía es falsa: lo espiritual y lo natural no están separados, es más, de hecho están unidos. Muestra de esto es que lo espiritual fue, y es la materia prima para forjar lo material y lo físico. Por medio de Cristo (espíritu) fueron creadas todas las cosas físicas. El mundo espiritual produjo y sigue determinando al mundo natural.

Un ejemplo más concreto de cómo Dios trata esto es la Santa Cena: cuando se come un trozo de pan y de vino natural, a su vez es comida y bebida espiritual. Nuestro cuerpo recibe pan y vino, pero nuestro espíritu se alimenta de la carne y la sangre de Jesús. Otro ejemplo: cuando Daniel se movía en los gobiernos naturales, luego pudo ver los gobiernos espirituales (los principados de Persia, y de Grecia y de cómo estos determinaban a los gobiernos naturales). Otro ejemplo más: cuando Jesús le habla a Pedro de tener autoridad para atar en el cielo, y que sea atado en la tierra, cuando se desata en la tierra se desata en el cielo. Siendo así, habiendo Cristo ganado para nosotros esa autoridad, ¿podríamos creer siquiera que cielo y tierra, espíritu y materia están separados?

Cuando Jesús hablaba del Reino casi siempre usó parábolas, que eran relatos de cuestiones naturales pero que reflejaban lo espiritual. Por último los actos proféticos son la muestra de cómo se une lo espiritual y lo natural.

Esta dualidad que presenta la filosofía griega es relevante ya que ha permeado la mentalidad de las personas, incluso dentro de nosotros esto ejerce una enorme influencia, (a menos que exista un metanoeo constante). La guerra de Dios contra Grecia se debe a esto ya que esta dualidad es falsa, pero se constituye como “real” en tanto una persona lo crea, y de hecho es así, las personas lo creen y lo adoptan como algo común. Viven con creyendo eso a veces explícita o implícitamente.

De esa forma el cristiano puede escuchar la palabra viva pero sin que esta produzca un efecto en el. Puede pasar el tiempo y no habrá obras que demuestren vida si Grecia se ha metido en el alma con su estructura.

Israel pasó mucho tiempo bajo el imperio griego, de esta forma años después cuando Jesús habla con Nicodemo diciéndole que es necesario nacer de nuevo, Nicodemo responde sobre cómo es posible volver a la matriz de su madre, responde con lo natural porque para él, el cielo le ha sido velado.

No obstante Jesucristo vino a unir cielos y tierra, por medio de su sangre reconciliarlos, unirlos como la escalera que vio Jacob. Cuando se entra EN EL, EN su revelación esa barrera, esa separación se cae, y el cielo y la tierra se unen dentro nuestro, porque el habita en el corazón y es uno con nuestro espíritu, y el espíritu es vida.

No podemos seguir creyendo esa separación, cuando tenemos la autoridad, y tenemos dentro el que ha unido cielo y tierra, a aquel que es vida que destruye la dualidad entre teoría y práctica. No solo nos compete a nosotros, Dios está en guerra y NOSOTROS SOMOS LAS ARMAS, algunos serán espada, otros arcos, otros flechas, etc.