sábado, 15 de marzo de 2014

Las dimensiones de Dios: la anchura de su amor





Probablemente uno de los aspectos más importantes del amor de Dios hacia nosotros, es a su vez, uno de los más desconocidos. Mucho se menciona de la gracia, pero poco se profundiza en entenderla. Nuestra revelación de la gracia debe ampliarse porque dependemos de ella, nuestra vida depende de la revelación que podamos poseer, porque su palabra es vida, y mientras más aprendamos de la gracia por medio de la revelación de la palabra más vida de Dios portaremos y manifestaremos. Mientras más conocemos esta faceta de su amor, más plenitud de Dios vendrá sobre nosotros.

Efesios 3:19  (RVR 1960) y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

En el amor del Padre, la dimensión de la anchura de su amor es la gracia, porque en ella todos caben, es suficientemente ancha para que en ella todos puedan entrar, es amplia para que todos aquellos que quieran la puedan disfrutar.

Efesios 3:18  (NTV) Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor.

Uno de los conocimientos fundamentales a cerca de la gracia que nosotros debemos poseer para ir adquiriendo la plenitud de Dios, es que en ella existen niveles de la gracia. De hecho, así como cada vez somos conocedores de las leyes de Dios, así también de su gracia. Mientras por conocer y aplicar la ley, mi propia justicia me da derecho a tomar una determinada bendición, así también por la gracia al conocerla y crecer en sus niveles, la justicia de Cristo me da derecho (ya en la posición de hijo) a tomar sus bendiciones.


Si yo por la ley tengo largos días sobre la tierra al honrar a mis padres, yo por la gracia, tomo vida en abundante por la muerte de Cristo. Yo por la ley tomo salud al cumplir los preceptos de higiene del pentateuco, yo por la Gracia tomo salud divina por medio de las llagas de Cristo.


Juan 1:16 -17 (RVR) Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Juan 1:16 - 17 (NTV) De su abundancia, todos hemos recibido una bendición inmerecida tras otra. Pues la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor inagotable de Dios y su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo.

Su plenitud está vinculada con la gracia (que es la anchura de su amor), mientras más gracia de Dios sobre nosotros más de Él nos es dado, bendiciones que adquirimos por la justicia de Cristo que se empieza a manifestar en nosotros. Esta plenitud, esta abundancia no se acaba cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón, allí recién solo entramos al primer nivel de su gracia, En Dios siempre hay más, mayores niveles en la dimensión de lo ancho, la anchura de su amor es gracia sobre gracia.

Lucas 2:52 (RVR 1960) Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

1Samuel 2:26 (LBLA) Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con el SEÑOR y para con los hombres.

A pesar de lo que quizás inconscientemente creemos, la gracia de Dios no es solo para salvación, va mucho más lejos, es posible extenderse en ella, y alcanzar nuevos niveles, crecer en la gracia de Dios es fundamental. Es decir, la gracia de Dios está presente tanto desde un principio, como de continuo en nuestro camino y desarrollo como hijos de Dios.

1Pedro 5:10
  (RVR 1960) Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

Que el Dios de toda gracia nos revele para extendernos en su anchura, para crecer en su gracia, y ser tan llenos como los apóstoles del primer siglo lo fueron. Pablo entendió esta verdad, esta dimensión, al punto de declarar “por su gracia soy lo que soy”, crecer en su gracia es fundamental para ser aquello que Dios quiere que seamos.

Hechos 4:33 (RVR 1960) Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.

1Corintios (RVR 1960) 15:10  Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.

Dios ya nos dio gracia para ser hechos hijos de Él, y Él nos seguirá dando mayor gracia si nos esforzamos en ella, en crecer en ella, en conocer de ella, en conocer cada uno de sus niveles, para ir gracia sobre gracia, para ir de plenitud en plenitud del Padre, para poseer las riquezas de su bondad.

2 Timoteo 2:1(RVR 1960) Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

Salmos 84:11 (RVR 1960) Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.

 

martes, 11 de marzo de 2014

Las dimensiones de Dios: La altura de su Amor



Efesios 3:18 (RVC) Sean ustedes plenamente capaces de comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo;

Aquello que sale de la boca del Señor no solo viene de lo profundo de su corazón, también proviene de la dimensión de la altura de Dios. Sí la dimensión de su profundidad se refiere a sus secretos, a sus riquezas, por su parte, la dimensión de la altura de refiere a los pensamientos de Dios, a su perfecta sabiduría. Sí la dimensión de lo profundo de Dios se refiere a su corazón, la dimensión de lo alto se refiere a la mente de Dios.

No toda ciencia, no todo conocimiento, ni toda sabiduría provienen de Dios. La escritura señala que existen distintas mentalidades y cada cual, como fuente, da a luz una clase de sabiduría. En esto consiste una de las preocupaciones fundamentales del discipulado, en cambiar no solo de información, sino también cambiar la fuente de nuestros pensamientos, y entonces, en cambiar nuestro conocimiento sobre nosotros, y sobre lo que nos rodea. Y en esto debemos ser cada vez más rigurosos, ineludiblemente sí queremos su sabiduría, debemos estar conectados a sus alturas, a la dimensión de lo alto de su amor.


Santiago 3:17 (RV 1960) Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

Santiago 3:17 (NTV) Pero, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera.


Es evidente que nuestra mente y sabiduría está muy lejos de la del cielo, porque aunque hemos sido convertidos, seguimos unidos a la fuente de este mundo, nuestros pensamientos siguen atados a esta tierra, lejos de sus alturas.


Isaías 55: 8-11 (NTV) «Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos. » La lluvia y la nieve descienden de los cielos y quedan en el suelo para regar la tierra. Hacen crecer el grano, y producen semillas para el agricultor y pan para el hambriento. Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero.


Por esta razón Dios hace las cosas mucho mas abundantemente de lo que podemos entender, porque su mente sobrepasa la nuestra, sobrepasa incluso lo que nosotros podamos creer sobre nosotros, e incluso sobre Él mismo. Dios hace (1) mucho – (2) más – (3) abundantemente. La revelación es como ir saltando en niveles, su altura está a niveles, desde la tierra al cielo. Porque la revelación es progresiva, no se nace de nuevo sabiéndolo todo, se nace como un niño, como un niño que necesita ser enseñado. 


Efesios 3:20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,


Su palabra nos da luz, sus alturas tienen que ver con la sabiduría de Dios, con sus pensamientos, con una sabiduría que está por encima de la nuestra, con pensamientos que no son los nuestros, porque pensamos terrenalmente, nos imaginamos y creemos cosas por debajo de los niveles que deberíamos ya haber transitado, pero Dios es sabio (y como su sabiduría es paciente, bondadosa… etc.) aún tenemos la opción de crecer para gobernar, de dejar de pensar como niños de este mundo y ser un rey, porque en este reino nadie gobierna sin sabiduría.


Dios nos ha hecho reyes, y todo rey posee una corona, esa corona es un sello de sus pensamientos sobre nosotros, es una corona que desciende de lo alto. Es lo que Pablo diría al mencionar que tenemos la mente de Cristo. Porque aunque los espinos se clavaron en él en la cruz, el venció y resucitó, el venció sobre los espinos, que desde génesis fueron señal de tierra, señal de la maldición de la tierra, de un hombre atado a ella por causa del pecado.


Jesús resucitó sin esa corona de espinas, Él resucitó con una mente de lo alto. Cómo su sabiduría es paciente, y él es portador de dicha sabiduría, él nos tiene paciencia, para crecer y avanzar, para crecer y gobernar con una corona de sabiduría sobre nosotros. Así es su palabra, como la lluvia que desciende de lo alto para regar la semilla y esperar a que crezca y se desarrolle. Él envía su palabra y ésta producirá el fruto requerido, mucho más aún sí somos libres de la dificultad que simbolizan los espinos (y también los cardos).


Que nuestro aprendizaje y nuestros discipulados estén conectados a la dimensión de lo alto, conectados a sus pensamientos y su sabiduría para ser quien Él quiere que seamos. Para que sea un tiempo en que superemos la distancia entre lo que nosotros pensamos y creemos, y lo que Él piensa y cree, alzaos puertas eternas para que entre el Rey de la Gloria.