martes, 24 de septiembre de 2013

Las dimensiones de Dios: la profundidad de su amor.


Job 11:7 -9 ¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la tierra, Y más ancha que el mar. 

Este versículo nos impulsa a un desafío, a conocer a Dios, a conocer sus dimensiones, a conocer más de Él, el conocimiento acerca de Dios no se acaba, Dios es infinito, ni los cielos lo pueden contener, él ha placido mostrarse y revelarse. 

Efesios 3:18 Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. 

Dios es amor y su amor esta dimensionado, en altura, profundidad, anchura y longitud. Su altura nos habla de su mente, sabiduría y sus pensamientos, porque éstos son tan altos como son los cielos de la tierra, su profundidad nos habla acerca de su corazón, sus secretos, sus deseos y riquezas ocultas, su anchura nos habla de su Gracia porque en ella todos caben, y su longitud de su poder, porque él todo lo puede. 

Creo que cuando se trata de la altura y la profundidad, se habla, en términos generales, de lo profético, estás dos dimensiones nos hablan de la distancia de lo profético, es decir, entre la altura y la profundidad de Dios se encuentra lo profético. Por otro lado, cuando se habla de la anchura y la longitud se habla de lo apostólico. 

En esta primera parte nos tomaremos el tiempo para partir comprendiendo la dimensión de la profundidad, y mostrar cómo esta está relacionada con el corazón de Dios. En las siguientes partes se explicarán las demás dimensiones.

Proverbios 2:6 Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. 
Mateo 15:18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 

Las palabras del Señor siempre impartirán una sabiduría e inteligencia sobre nosotros, nos permitirán dar pasos certeros en nuestra vida, su consejo nos direcciona en medio de tanta incertidumbre, sin duda nos ayuda en medio de nuestras incertidumbres y situaciones desconcertantes, pero sin desmerecer aquello, debemos notar que hay algo más, si las palabras de Dios que tanto nos nutren y fortalecen provienen de su boca, ¿cuánto más podrá hacer aquello que proviene de su corazón, que es efectivamente más abundante?, es decir, la boca puede solo expresar quizás una frase, pero detrás de ella hay una abundancia que se sitúa en el corazón, porque de la abundancia del corazón habla la boca, no solo la nuestra sino también la boca y el corazón de Dios porque él nos creó a su imagen y semejanza, por lo tanto, es importante distinguir esa distancia, al distancia que existe entre el corazón y la boca.

Lo que expresa la boca siempre es inmediato, Nosotros escuchamos lo que sale de su boca y creemos a su palabra, sin embargo su fuente, su lugar de origen que es el corazón no solo tiene abundancia de lo que escuchamos (ósea mucho mas), sino que además es el lugar de lo profético, pues es el territorio en que se encuentra una palabra antes de ser declarada, es su origen. Un claro ejemplo de esto lo constituyó uno de los discípulos de Cristo; Juan, que entre todos sus hermanos fue él quien tuvo la gracia y favor para darnos y heredarnos el misterio de Apocalipsis, que quizás pueda denominarse como una de las mayores revelaciones. Lo oculto, lo misterioso de Dios se hizo más claro con su carta a los creyentes. 

Ahora ¿porque él y no otro Apóstol?, porque había una diferencia radical entre él y los demás, y es que solo él se recostaba sobre el pecho de Jesús, aún más, el usaba prácticamente su corazón de almohada, no solo escuchaba su enseñanza, su predicación a las multitudes y sus imparticiones entre los discípulos, sino que iba más allá, su vida no solo se movía en dirección a la palabra sino también conforme al latir del corazón de Jesucristo. 

No todo lo que declara dicha profecía está completa, el rango de tiempo al que alcanzó a posicionarse Juan dentro de Dios, particularmente en su corazón fue tan profundo y a la vez elevado que lo llevó a dar declaraciones de corte profético con un cumplimiento a distancia de por lo menos, hasta el momento, de 2 mil años. Esto, por conocer la palabra que provenía de la boca, pero también por conocer su origen, el corazón. 

La riqueza de estar atento a las expresiones de la boca del Señor es fundamental para pararse y permanecer en la roca, pero para conocer y literalmente habitar en Él es necesario estar atento también a los latidos de su corazón. Comprender esa bendición nos proporciona el entendimiento de cómo crecer en nuestra comunión con Dios, pero además de forma particular en el desarrollo y crecimiento de nuestra fe, porque si la fe viene por el oír, y el oír la palabra de Dios, ¿cuánto más puede generar el oír directo de su corazón, que es la fuente misma de sus palabras? ¿Si una “fe normal” es como una semilla de mostaza, como será una que provenga directo su corazón?

A su vez es importante comprender que esto también se manifiesta en las personas. La presión de las circunstancias a las cuales el hombre es sometido da cuenta de este principio, porque la presión acorta la distancia entre el corazón y la boca. Quien está bajo presión o circunstancias complejas generalmente actuará sin "filtros" respecto a lo que expresa su boca. Como ocurre en lo particular con el enojo, donde nadie mide sus palabras, lo oculto del corazón es expuesto bajo presión, pues se acorta la distancia. Bajo presión, lo oculto del corazón es puesto a la luz.

Lucas 6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca

Hoy en día se vuelve más importante que nunca oír su corazón, por la abundancia que hay en él, porque dentro de esa profundidad hay revelación, allí están "los secretos muy guardados", secretos que fueron descubriendo profetas como Daniel, o reyes como David, u hombres como Ciro. Son tesoros del corazón, ocultos y velados a muchos. Lo profundo de Dios está escondido, pero el Señor abre su corazón a una generación que lo busque en el secreto, allí recibirán los tesoros de su corazón.

Amós 3:7 Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. 

Isaías 45:3 y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.


Ángelo Palomino
Hijo del Altísimo


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Un aspecto para entender la reforma





La reforma viene a establecer nuevas cosas, viene a establecer lo nuevo de Dios, todo aquel que ama al Señor debe estar dispuesto en su corazón a estar constantemente en una predisposición a tomar lo nuevo de Dios, porque como recalcó el Apóstol Pablo, el trae cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido a corazón de hombre, son las cosas nuevas que Dios ha preparado para quienes le aman.

Pero la reforma no quita todo lo anterior, la reforma restaura, la reforma sana y pone en función aquello que debe funcionar. Esto es porque lo nuevo, solo es nuevo para nosotros, para nuestra mentalidad, para nuestra generación, porque lo nuevo de Dios proviene del Cielo. Nada nuevo hay bajo el sol decía Eclesiastés, pero si lo hay sobre él, cosa diferente es lo que ocurre sobre el sol.

Como la reforma nos trae cambio con lo nuevo del cielo, es propicio comprender a donde se aplican esos cambios, y como es obvio, el cambio parte desde nosotros mismos, desde nuestro interior. A la luz de la palabra la iglesia es vista de dos formas: como estructura, es decir, como el edificio o morada de Dios, y como ser vivo, es decir, como el cuerpo de Cristo.

Como estructura:
1Corintios 3:9  Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

1Corintios  3:10  Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto   puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
Efesios 2:20- 22   edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Como cuerpo:
1Corintios 12:27  Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
1Corintios 10:17  Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.
Colosenses 1:18  y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

Son dos formas distintas en cómo el cielo ve a la Iglesia, de hecho es interesante notar que cuando se ve a la iglesia como estructura o edificio, Cristo opera como fundamento, está en la base, en el cimiento, como la piedra angular, él es la piedra de fundamento. En cambio cuando la palabra describe a la Iglesia como ser vivo, como cuerpo, Cristo opera como la cabeza de la Iglesia. Por lo tanto en la Iglesia como cuerpo Cristo está arriba, pero en la Iglesia como edificio de Dios, Cristo está abajo como fundamento.

Comprender esto es importantísimo, es un aspecto esencial para la reforma, porque la reforma no destruye lo edificado ni lo crecido, la reforma ve hacia el cielo, toma los planes del cielo sobre la Iglesia local por ejemplo, y la compara con la realidad de esa congregación. Compara y ejecuta los cambios pertinentes con sabiduría y prudencia, con firmeza pero también con delicadeza. Es como una cirugía al cuerpo, es como una reparación de la casa.

La reforma toma lo que no funciona y lo repara, también quita los elementos de construcción que quizás no pertenecen al diseño del cielo, pero añade lo que muestra ese diseño. A veces hay cosas que parecen no funcionar, pero no deben quitarse por eso, a veces no funcionan porque les falta algo más.

Finalmente se comparan los dos planos de construcción de una iglesia, es comparar el diseño del cielo y lo que se ha crecido aquí en la tierra, porque la reforma tiene sus ojos en el cielo, pero sus manos en la tierra. Y esto ocurre tanto a nivel de la Iglesia de una nación como a nivel de la Iglesia Local, incluso con cada uno de nosotros, porque la reforma parte desde dentro de nuestro corazón, para forjar un corazón conforme al de él. Todo tiene su diseño, todo tiene su propósito, nosotros como hijos, nuestra congregación, y nuestra propia nación. 




martes, 17 de septiembre de 2013

Dejando huella en lo eterno




Muy a menudo ponemos toda nuestra atención, todos nuestros esfuerzos y ministerios en pensar aquello que Dios puede hacer con nosotros, lo cual por cierto es muy bueno, creer lo que El dice de nosotros y actuar en fe, sabiendo que nuestro postrer estado será mejor que el de hoy por que el nos lleva de gloria en gloria.

No obstante lo anterior, continuamente dejamos de lado aquello que nosotros podemos hacer por él, creer lo que él dice que hará con nosotros es también agradar a Dios, pero en nuestra mente y corazón  pueden estar muy lejos de querer y anhelar agradarlo como primer objetivo. Creo profundamente que ante todo lo que el corazón de Dios busca son hombres que anhelen agradarle a él, que busquen cumplir con los sueños y deseos de Dios.

Quizás, y he aquí el centro de esta entrada, falta conocer que nosotros aún siendo finitos y limitados podemos y somos capaces de marcar a un Dios y su corazón que es infinito y eterno. Después de todo, nada es imposible para el que cree, nada ni siquiera que un hombre común y corriente sea capaz de dejar huella en el corazón de Dios.

De hecho es posible y también ha ocurrido en el pasado. Quienes tienen y viven con ese deseo en su corazón puede ir y ver más allá de lo que dice la acostumbrada interpretación de la palabra, ver la esencia de lo que realmente lograron los grandes hombres de Dios, cuyas hazañas solo fueron un reflejo de las victorias que tuvieron en el secreto, en lo escondido dentro del corazón del Padre, porque lo público solo muestra lo logrado en lo secreto.

David fue un hombre conforme al corazón de Dios, David dejó huella en el corazón del Padre. El siendo hombre logró aquello, el murió y su nombre fue recordado por Dios hasta muchas generaciones después de él, de hecho solo por causa de él, Jehová juró tener a alguien de su descendencia en el trono de Israel. Es más incluso Jesús mismo, el hijo de Dios es llamado como el hijo de David, como la raíz de David, David marcó el corazón de Dios de una forma como quizás pocos lo han hecho, al punto que Dios dijo de él que era un hombre conforme a su corazón.

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”

Mateo 1:1

Abraham fue el Padre de la fe, y aun como tal murió, pero dejó su huella en la mente del Señor, yo creo que incluso marcó la identidad de Dios, porque Dios se hacía llamar a sí mismo como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, en un periodo donde el nombre de Dios era tan respetado por su santidad que los Israelitas no lo mencionaban. Dios tomó los nombres de personas finitas, de gente que cuyas vidas pasarían, y los unió a su nombre, se identificó a sí mismo con nombres de hombres, y los nombres en la biblia siempre nos hablan de identidad.

Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar”.

Hechos 7:32

Solo un último ejemplo, Daniel fue un joven que marcó presencia, que dejó una huella a todas las generaciones por venir, pero sobre todo en el cielo y para con Dios. Daniel fue un profeta que gobernó desde lo espiritual, que gobernó en medio de distintos imperios, gobiernos pasaron pero él se mantuvo. Lo interesante de él es que la biblia contiene un libro con su nombre y su contenido es su vida, es su historia, es un legado para todos, por medio de su libro Daniel pasó a la posteridad. Y así como el cada uno de nosotros tiene esa posibilidad, cada uno de nosotros tiene un libro que escribir, un libro que Dios tiene para sí, de cada uno depende que sea un libro agradable, que sea una historia que llene de alegría el corazón del Padre.

Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”.

Apocalipsis 20:12

Es el libro de la vida, y claro, como es común se le sigue tomando bajo el énfasis de aquellos que son o no son salvos, pero ese libro también contiene las obras que nosotros hemos hecho y las que nos quedan por hacer.

Que este escrito sea un impulso para que nuestras obras de aquí en adelante sean  obras que dejen huella en el corazón de Dios, que marquen su memoria y el nos recuerde aun pasen mil generaciones, que pasen siglos y su corazón siga anhelando tener un hijo así en la tierra que sepa buscarle y agradarlo a él, que sepa tocar su corazón, porque aunque seamos finitos, aunque seamos polvo, el nos ama, y nuestra fe nos permite lograr lo que parece imposible, que lo perecedero de nuestro ser marque lo eterno de su corazón e identidad.


domingo, 4 de agosto de 2013

La enfermedad y libertad de la Tierra




 
Muy a menudo cometemos un tremendo error al dejar de lado a la tierra y su importancia, conocer de ella y como esta permite o no una bendición es fundamental. El señor puso al hombre sobre un ambiente y ese ambiente es la tierra, para ser sojuzgar y administrarla. Pero como veremos su relevancia sobre pasa este asunto.

Existe una estrecha relación entre el hombre y la tierra, en el génesis Dios declaró que la tierra sería maldita por causa del pecado del hombre, es decir aunque la tierra no pecó de todas formas sufrió las consecuencias del pecado de su administrador y guardador. En ese mismo contexto, Dios explica parte esencial de esa relación, el hombre al morir volverá a la tierra, porque fue sacado de ella, su cuerpo fue formado de ella. Evidentemente no solo la tierra fue maldita, por causa de esto Adán también, su trabajo se volvió pesado porque la tierra empezó a darle espinos y cardos.

Es importante diferenciar “tierra” de la palabra “mundo”. En las escrituras estos conceptos se usan de manera distinta. La palabra tierra se refiere a la creación de Dios, se refiere y se usa en relación al planeta tal y como Dios lo creó, y es precisamente esta ultima característica la que la distingue de "mundo". Mundo es un concepto que se usa más bien para hablar de la "creación humana", mundo es lo formado por el hombre -sobre la base de la tierra-, en definitiva son las sociedades (y sus culturas) que han emergido junto con el hombre, las cuales evidentemente están muy lejos del diseño celestial de sociedad. Por eso “nosotros no somos de este mundo”, pero “la tierra anhela nuestra manifestación como hijos”.

Hecha esta aclaración, es vital comprender lo que ha sido puesto bajo nuestros pies para ser administrado, porque la bendición que recibamos está en directa relación en cómo se comporta la tierra, y está en cómo nos comportamos nosotros. La tierra es capaz de reconocer y actuar conforme a lo que nosotros somos y hacemos.

Isaías 24:5  Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno.
Isaías 24:6  Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.

Para que Abraham fuera padre de la fe Dios lo sacó de la tierra de babilonia, Mefi- boset fue sacado de la tierra de Lodebar para recibir las bendiciones de la mesa del rey, para introducir a Israel hacia Canaán Dios tuvo que tratar con el pueblo.

Levíticos 18:27  (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada);
Levíticos 18:28  no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros.

Esto último fue lo que aprendió en carne propia Caín, el primer asesino descrito en la biblia fue errante y extranjero en la tierra a causa de la voz de la sangre de Abel que clamaba desde la tierra. Quizás de todos los pecados que afectan y enferman la tierra este es uno de los peores, el derramamiento de sangre contamina un lugar, el pecado trae infertilidad sobre la tierra, y con ello se cierra la prosperidad.

2 Samuel 21:1  Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas.

La tierra y los lugares donde estemos se vuelven hostiles (como ocurrió con Caín), la tierra busca liberación y vomita a sus moradores (como ocurrió con los cananeos), pero hay ocasiones donde no somos directamente nosotros los que provocamos la esterilidad y hostilidad de un lugar, como le ocurrió a David, a veces es por quienes nos antecedieron, por quienes estuvieron antes que nosotros, o incluso por nuestras generaciones pasadas y los escombros de ellas.

Sal 58:2  Antes en el corazón maquináis iniquidades; Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.

La sociedad occidental actual (mundo) ve la tierra como algo inerte, como algo muerto y sin vida, por eso es necesario renovar nuestra mente para comprender que la tierra actúa como un ser vivo, la tierra reacciona a lo que somos y hacemos, no es algo estático, reconoce si somos hijos o no, reconoce si pecamos o andamos en justica. Pero por otro lado, también es necesario cuidarse de caer en otro extremo, y darle cualidades divinas a la tierra como en efecto ocurre en algunas culturas, lo importante es ver la tierra desde los ojos del cielo. Porque a Dios le importa, “el cuida de las aves, y viste la flor del campo…”

Un profeta que entendía esta verdad era jeremías, en cierta oportunidad le profetiza, habla y ordena a la tierra.
 

Jeremías 22:29  ¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová.
Jeremías 22:30  Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá.

Las palabras de Jeremías nos revelan aún más sobre esta relación estrecha entre la tierra y el hombre. Sus palabras aunque son dirigidas hacia la tierra para que esta, nótese, escriba y deje registro, están asociadas a la infertilidad de un hombre, a la privación de descendencia. Esto es interesante ya que en las parábolas las semillas se referían a personas, o los árboles que tipifican a los justos, los cuales son “como árboles plantados junto a corrientes de aguas que dan fruto a su tiempo y su hoja no cae…”  por lo demás, la orden de Dios sobre la tierra fue “produzca la tierra…” y con el hombre fue “multiplíquense y llenen la tierra…”

La dinámica de crecimiento (descendencia) de los hijos de Dios está fuertemente relacionada con este tema. La verdad es que no todos los lugares son iguales, hay tierras y tierras, hay lugares que han sido contaminados por el pecado del hombre, por pecados específicos. Todo aquel que tenga una dinámica constante de evangelismo se percatará que hay lugares donde la gente es más receptiva y otros lugares donde es indudable que hablar de Jesús es mucho más difícil, gran parte de este asunto tiene que ver con la tierra.

Isaías 24:6  Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.

A pesar de lo anterior, aún hay hijos entendidos en la justica del Padre, hijos que sacian el anhelo de la creación por la libertad y sanidad de su esclavitud y enfermedad producida por el  pecado (la simiente o semilla de Satanás). La creación desea dar a luz algo distinto, dejar los cardos y los espinos.



Romanos 8:19-22 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.

Es nuestra responsabilidad mantener esa esperanza viva y traer esa libertad que viene al conocer la verdad, es nuestra responsabilidad sanar la tierra, tal como lo hizo David. Primera de Crónicas capítulo 21 nos relata la peste que cubrió la tierra por causa de un pecado de David, para detener esto David realiza sacrificios y ofrendas de paz en un altar al Señor, luego de lo cual la muerte cesa. En la misma tierra y lugar en que se ofrenda para la paz, y el mismo hijo de David, su descendencia, su simiente, Salomón, es quien termina construyendo el nuevo templo de Dios.

1Crónicas 22:7- 9  Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios. Mas vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.

En Jesús se une cielo y tierra, y todo lo que es en el cielo puede ser en la tierra, toda bendición de los lugares celestiales puede ser manifestada en la tierra, cuando llegó Jesús a la tierra se cumplió lo dicho por el profeta:

Isaías 9:1-6 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

La tierra de oscuridad con mantos de sangre es redimida cuando se manifiestan los hijos trayendo la libertad gloriosa que está en la exposición del príncipe de paz. La paz traerá la libertad y bendición sobre nuestra tierra y sobre nuestros lugares, sean de evangelismo, o de trabajo o incluso sobre nuestra propia casa. Sobre una ciudad o una nación todo es redimido en su manifestación de paz sobre la tierra.


Según la ley el pecado pudo haberle causado la muerte, pero la mujer adultera fue redimida mientras Jesús, el príncipe de paz, escribía en tierra.